19 dic 2011

Paseo de los locos, Metepec

Los tambores se mezclan con los ritmos cumbiancheros que salen de los altavoces; el sudor de los locos no se percibe, pero se imagina. Todos brincan y bailan al compás de la música que suene más fuerte; o la que tengan enfrente. Se ve cansancio en los rostros de los locos; cuando termina una pieza descansan pero siguen caminando; no rompen la formación. Cuando inicia de nuevo, los locos balancean los brazos y comienzan la rutina de nuevo

Información: Periódico Mileno, Estado de México